El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres que estaban en huelga murieron en un incendio en una fábrica en los Estados Unidos.
Su reclamo, entre otras cosas, era una reducción de jornada laboral a 10 horas diarias y la mejora de las condiciones de trabajo que padecían.
Desde esa fecha hasta la actualidad, se pueden observar todos los avances que hubo en cuanto a igualdad de género, pero este proceso aún se encuentra en proceso.
El alma no posee sexo ni género, el alma es. El sexo y el género son características del cuerpo físico, y como seres eternos hemos nacidos como varones y mujeres durante muchas vidas pasadas.
Siempre es difícil visualizar en vidas pasadas sin caer en fantasías, y hacerlo como alguien de otro sexo es todavía más complicado.
En Astrología Fhers, con el estudio de la Carta Natal Kármica, se puede conocer cuánto se ha armonizado le femenino con lo masculino en vidas anteriores y cómo esto puede afectar positivamente en esta vida.
Hoy en Buen Karma, con la mirada en el cielo y los pies en la tierra, vamos a ver las influencias planetarias de aquel día y como estamos hoy a más de 100 años.
El cielo el día del incendio
Aquella vez el cielo tenía obviamente muchas fricciones, pero por otro lado también se pueden visualizar aspectos que hablan de cambios trascendentales.
Neptuno, es el planeta que nos permite conectar con los mundos sutiles, pero cuando esta inarmónico puede desplazar la conciencia por completo.
Aquel día estaba en el signo de Cáncer en conjunción con el Sol de la carta astral de los Estados Unidos, lugar donde ocurrieron los hechos mencionados.
Por otro lado, Urano se encontraba en Capricornio que es el signo opuesto y complementario, generando una oposición.
Este planeta habla de imprevistos, accidentes, caos y mucha confusión generalizada.
Las aspiraciones de libertad e independencia surgen, pero pueden terminar de la peor forma.
Por otro lado Capricornio son las estructuras, los dogmas y Urano durante ese pasaje buscó romper muchas de ellas.
Por eso, que pese a la tragedia ocurrida, se puede ver una perspectiva de cambios y evolución a partir de aquel suceso.
La cuadratura de Marte con Júpiter, es lo que pudo llevar a un accidente con fuego.
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La energía masculina y femenina
Aunque en todos los signos se puede llegar a encontrar virtudes y características femeninas, Aries y su opuesto complementario Libra son a priori los principales exponentes de la energía masculina y femenina.
Los respectivos planetas regentes Marte y Venus, también hacen su aporte para lograr vivir en armonía, desde el centro, sin hacer distinciones de varón mujer.
Cuando vemos a Marte armónico en una carta natal, la persona genera voluntad, tiene iniciativa y acción.
Estas virtudes surgen en lo inmediato, en el hacer diario, ayuda a servir y resolver situaciones sencillas ni bien se presentan.
Cuando vemos a Venus armónico en una carta natal, las relaciones interpersonales se fortalecen y la vida se mantiene en un sano equilibrio, la pareja se disfruta con gran plenitud y están dados todos los cimientos para formar una buena familia que son la base de la sociedad.
Las personas también son creativas e irradian bondad y belleza en todo lo que hacen.
Telescopio Kármico
Ya vimos las energías de aquella vez, ¿y qué sucede ahora?
Cuando las heridas en una gran parte de la sociedad no son curadas, el karma hace lo suyo y se exteriorizan ciertos hechos con ira en busca de la igualdad.
Esto no debe tapar ni opacar este proceso evolutivo que se atraviesa.
En cuanto a las posiciones planetarias, Marte en cuadratura con Neptuno, habla de que no se comprende bien lo que se hace, lo que puede resaltar aún más alguna manifestación inadecuada en la conmemoración.
Las fantasías y la imaginación quedan a flor de piel, perturbando a la mente concreta.
Siempre podemos encontrar aspectos de apoyo y en este caso es el rebelde Urano en sextil con el Sol.
Acá la rebeldía puede ser bien utilizada para construir sobre lo ya construido, mirando para adelante y no para atrás.
No se quiere modificar el pasado, sino construir un futuro con mayor igualdad.
