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«El Gobierno tiene que generar una dinámica de gestión que hasta ahora le ha costado»

today17 de febrero de 2024

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El periodista Jorge Liotti, editor jefe de la sección Política del diario La Nación, presentó en Mar del Plata su libro «La última encrucijada», en el que analiza los desafíos que enfrenta la Argentina a 40 años de la recuperación democrática, y aseguró que en ese escenario, la llegada de Javier Milei al Gobierno es «una respuesta excepcional a una situación excepcional».

En una entrevista con Télam en la ciudad balnearia, donde participó del ciclo de escritores Verano Planeta, Liotti sostuvo que a dos meses de su asunción «el Gobierno tiene que generar una dinámica de gestión, de concreción de objetivos, que hasta ahora le ha costado».

En ese sentido, expresó que «la narrativa contra la casta es un paliativo circunstancial para poder lograr resultados, pero no sostiene un Gobierno eternamente».

Creo que la llegada de Milei fractura el tablero poltico y lo fragmenta Foto Diego Izquierdo

«Creo que la llegada de Milei fractura el tablero político y lo fragmenta» / Foto: Diego Izquierdo.

– Uno de los ejes del libro gira en torno al carácter «decisivo» de las últimas elecciones. ¿Por qué consideró que lo eran?
– El libro describía un cuadro de situación al cual la elección de Milei termina correspondiéndole. Ante una situación excepcional del país, Milei es una respuesta excepcional. Yo creo que no hubiese existido Milei sin ese trasfondo de base que permitió que un personaje con poca historia y trayectoria y con una fuerza política nueva pudiera transformarse en presidente tan meteóricamente. Creo que es la consecución natural de procesos que ya estaban disparados desde fin de la pandemia. A partir de ahora creo que empezó una nueva etapa, en la que toda la responsabilidad está sobre Milei. Ahora estamos viendo el experimento en vivo, en condiciones naturales.

– ¿Se puede hacer algún balance tras dos meses de gestión?
– Es prematuro, pero Milei está respondiendo a esa expectativa original de hacer cosas disruptivas. Entiende que el mandato del votante era para sacudir el tablero y lo está tratando de hacer. Todavía los resultados están a mitad de camino.

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– ¿Qué herramientas sirven para analizar este fenómeno excepcional?
– Me incluyo en la idea de tratar de deconstruir los parámetros con los que analizábamos la política, los liderazgos y los gobiernos, para no caer en la tentación simplificadora de pasar este proceso bajo el mismo tamiz. Todos estamos construyendo nuevos elementos que nos permitan interpretar el personaje, y poder predeterminar posibles movimientos que él haga. Si uno usa hoy un prisma clásico, diría que el Gobierno está en problemas, porque parece muy difícil pensar que este experimento salga bien. Pero creo que hay que hacer el ejercicio de pensar que a lo mejor esté pasando otra cosa, porque hay un núcleo, que creo que es lo novedoso, que es el modo de relacionamiento de Milei con un sector de la sociedad. Ahí hay algo distinto a lo que conocíamos, que desafía al conjunto del sistema. Es una lógica diferente, en la que Milei dice «yo represento más cabalmente un espíritu de época» que todo ese universo de lo que él llama casta.

A partir de ahora creo que empez una nueva etapa en la que toda la responsabilidad est sobre Milei Estamos viendo el experimento en vivo en condiciones naturales Foto Diego Izquierdo

«A partir de ahora creo que empezó una nueva etapa en la que toda la responsabilidad está sobre Milei. Estamos viendo el experimento en vivo, en condiciones naturales» / Foto: Diego Izquierdo.

– La apelación a la casta sirvió para ganar una elección. ¿Alcanza para la gestión?
– Yo creo que la gestión de Milei al final del cuento se va a medir en términos económicos. La duda es cual es el nivel de tolerancia de la sociedad. Yo diría que si para marzo o abril la inflación no baja, con esta percepción de asfixia económica por la suba de precios, no correspondida por un aumento de salarios y jubilaciones, él debería estar empezando a tener problemas. Le está demandando un sacrificio muy grande a la sociedad, y está prometiendo un objetivo muy concreto. Creo que la narrativa contra la casta y ese tipo de cuestiones es un paliativo circunstancial para poder lograr resultados, pero no sostiene un gobierno eternamente. El Gobierno tiene que generar una dinámica de gestión, de concreción de objetivos, que hasta ahora le ha costado.

– En el libro analiza las experiencias de las dos colaciones a cargo de los últimos gobiernos. ¿La relación entre La Libertad Avanza y el PRO configura una nueva coalición?
– Yo lo llamo un modelo híbrido o poscoalicional. Un formato líquido. No es una coalición en tanto y en cuanto no hay un acuerdo de estructuras partidarias. Y aun hoy, cuando se habla de algún tipo de fortificación en el lazo con el PRO, no aparece la idea de un acuerdo de partido o un co-gobierno; eso genera ruido en los dos bandos. Van hacia algo mucho más laxo. A su vez, es cierto que el Gabinete se compuso de actores que vienen del PRO, o del peronismo no kirchnerista. Ha hecho un mix, pero a elección del propio Milei. Hay un liderazgo muy fuerte, y un gabinete híbrido que genera cero compromisos. Cada uno de los integrantes solo se compromete ante el presidente.

Foto Diego Izquierdo

Foto: Diego Izquierdo.

– ¿Qué rol tiene el Congreso en ese esquema, a la luz de lo que ocurrió con la discusión de la ley «Bases»?
– Creo que la llegada de Milei fractura el tablero político y lo fragmenta. En el fracaso de la ley ómnibus, la cuenta mayor le cae a Milei. Pero también da cuenta, y creo que pasó algo más desapercibido, de una enorme fragmentación del sistema político. Con divisiones al interior de los bloques principales y mucho cuentapropismo en bloques más chicos. El Congreso es un tablero roto, que Milei no ha logrado reconstruir.

– ¿Los gobernadores son un cuarto poder?
– Me parece que tienen un rol muy relevante. Creo que son el nuevo factor de poder. Primero porque son los que tienen un territorio y una cuenta a defender, pero sobre todo porque no tienen liderazgos nacionales a los cuáles responder. Hoy a los gobernadores peronistas no los ordena ni Cristina, ni Massa, ni Alberto, y a los de Juntos por el Cambio no los ordena Macri o Bullrich. Esa tensión con los gobernadores creo que es, en gran medida, la que terminó con la ley.

Escrito por E-GRUPOCLAN

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